El aislamiento social preventivo y obligatorio, una medida sin precedentes, atravesó todos los aspectos de la vida de las personas, en pos de evitar el contagio de la pandemia. Sin embargo, es todo un desafío y también un padecimiento para muchos, debido a la idea de estar encerrado en los hogares sin una fecha concreta de salida.
Sin embargo, hay estilos de vida que llevan su propio confinamiento previo a la llegada de la enfermedad, como lo es para las monjas de claustro, que mantienen hábitos y costumbres propias de una vida confinada y dedicada únicamente a Dios. En este contexto, desde el Convento de las Carmelitas Descalzas de España, compartieron 10 consejos para sobrellevar el encierro. Estos son:
1. Actitud de libertad
Lo más fundamental, de acuerdo a las hermanas de Cádiz, es la actitud con la que la persona viva, la interpretación que cada uno hace de la situación, la consciencia de que no es una derrota. Paradójicamente, ésta puede ser una oportunidad de descubrir la más genuina y grande libertad: la libertad interior. Es verdad que las autoridades nos “obligan” a estar en casa, la libertad consiste en adherirte voluntariamente, sabiendo que es por un bien superior. Libre es el que tiene la capacidad de asumir la situación porque quiere hacer lo correcto. No estás encerrado en casa, has optado por permanecer ahí “libremente”.
2. Buscar la paz donde se ensanche el alma
Como segunda clave, las monjas proponen mirar dentro de uno mismo, el más amplio espacio para expandirse y ser feliz está en el corazón. No se necesita de espacios externos, sino andar con holgura en su propio mundo. Es importante darle espacio a la creatividad, escuchar las inspiraciones propias y encontrar la belleza de la que cada persona es capaz. “Tal vez aún no has descubierto que en la paz del alma brota vida, la vida es creación de más vida, comunicación de gozo y amor. Cuando te acostumbres a vivir en ti, ya no querrás salir”.
3. No descuidarse, la paz hay que trabajarla
Ejercitar virtudes que requieren de concentración y autoconocimiento, esas que normalmente se descuidan por estar ocupados en mil quehaceres “externos”. De cómo afrontar tus propias emociones y pensamientos, de la gestión de los sentidos y pasiones depende que cada uno viva en el cielo o en el infierno. “Obsérvate y domínate, porque si te dejas llevar del miedo, la tristeza o la apatía, difícilmente cortarás el hilo, ya que no hay muchas evasiones. Disciplina sobre tu corazón: cuando algún pensamiento no te haga bien, deséchalo. Procura inclinarte hacia todo aquello que vayas notando que te da paz y alegría la armonía hay que currársela”.
4. Amar
El tema de fuego para estos días será la convivencia. De acuerdo a las monjas de claustro, ante la crisis por la pandemia las personas están más susceptibles e incluso irritables. Tienen que ser muy pacientes y usar mucho el sentido común. Cada individuo es diverso, cada quien tiene una sensibilidad diferente por miles de circunstancias. Es importante aceptar y respetar las opiniones y sentimientos de los demás. Es muy normal, cuando la persona está en su hogar, la tendencia a querer controlar todo. Hay que procurar no hacerlo, ya que será causa de muchos enfrentamientos y frustraciones, y hay que quitarle importancia a las diferencias, y potenciar las cosas que unifican. El único terreno que realmente le pertenece a cada uno son los pensamientos, las palabras y emociones. Desde el amor las personas sacarán comprensión y empatía, ganas de dar y agradecimiento al recibir. Respetar, “abrazar” la fragilidad, desdramatizar, vivir y dejar vivir.
5. No matar el tiempo
Nada podrá crear una sensación tan grande de vaciedad y hastío, como pasar el tiempo inútilmente. El aburrimiento es un enemigo gravísimo que robará la paz y hasta podrá sumergir en la depresión a muchos. Para combatirlo es importante, de acuerdo a las hermanas de Cádiz. Hacer un plan para estos días e intentar vivirlo con disciplina. Descanso y ocupación no son antagónicos; las personas deben aprovechar para descansar haciendo actividades que relajen o que estimulen un buen ánimo. Por otro lado, es importante tomarse el tiempo en las cosas sencillas, pero es importante por más simples que sean, que tengan valor y una finalidad, nada de perder tiempo sin sentido, “matar el tiempo” es matar la vida.
6. Ensanchar las propias fronteras
¿Cuántas veces las personas se quejan debido a la falta de tiempo para hacer lo que quieren? Éste es el momento indicado para hacerlas. Si a la persona le gusta la música, debe buscar nuevos artistas, descubrir nuevos géneros. ¿Desean viajar? Pensar en algún país exótico y aprender sobre su cultura, legua, tradiciones, tenemos Internet para eso. No hay que conformes con lo que ya conocen y saben, ahora que existe la oportunidad, hay que estar dispuestos a novedades que aporten sabiduría y llenen de alegría.
7. Para los más sensibles
De acuerdo a las Hermanas, es importante tener en cuenta que no todos dominan igual las emociones. Habrá personas a quienes, por su psicología, les costará mucho más este confinamiento. Las emociones no solo provienen del interior, también de lo que se ve, de lo que se escucha o de lo que se toca. Por ello, hay que ser selectivos con lo que reciben desde fuera para evitar entrar en círculos viciosos que los atrapen en la desesperación o que los hagan perder el control. Hay que evitar en la medida de lo posible: conversaciones de tipo pesimista, discusiones, malas caras, exceso de información, películas de terror o intriga, desorden dentro de casa. Como no hay muchas evasiones, todo lo que entre en el cerebro permanecerá ahí por más tiempo de lo habitual, por eso hay que evitar anidar una emotividad negativa en nuestro interior. El exceso de pantallas también es malo, porque sobre-estimula el cerebro y pone más nerviosos a las personas. Hay que dormir bien, pero en demasía pude provocar sensación de fracaso o derrota. Un remedio para canalizar la energía y relajarse es bailar y obviamente nada como reírse para reiniciar el sistema interior.
8. No están aislados
Es importante comprender que la persona no tiene por qué sentirse solo, ya que el amor y cariño del entorno sigue ahí, aunque el contacto físico se haya distanciado. Esta es una oportunidad para vivir la comunicación a otro nivel más profundo, más íntimo. Hablar con los que están en casa con tranquilidad, sin prisas, escucharlos hasta que terminen, dejar que el diálogo haga crecer la confianza y las confidencias construyan complicidad. Contar aquello que siempre ha querido contar, habla de todo y nada pero con cariño. “Responder aquella postal navideña que no agradeciste, la carta que emocionó y a la que estabas aplazando respuesta, ese e-mail de una vieja amistad. Busca palabras con belleza, intenta darle expresión a tus sentimientos más nobles. Habla desde el corazón y crea lazos mucho más profundos con tu gente. Descubrirás que la distancia no es ausencia”.
9. Jornada de reflexión
Por no agobiarse, también es conveniente buscar momentos de silencio y soledad. En la organización del tiempo para éstos días, también es importante contar con espacios de “oxigenación” individual. “Cuántas personas alguna vez he escuchado decir: ‘Cómo me gustaría retirarme algunos días a un monasterio’ , pues la ocasión está aquí, en casa”. De acuerdo a las Hermanas, ordinariamente las personas se cansan del aceleramiento como si fueran superados por la rutina diaria sin tiempo para asimilar lo que viven. Día a día se esperan cambios sustanciales en la sociedad. Y este es el momento para reflexionar, pensar o meditar. ¿Qué puedo cambiar para ser mejor después de estos días? La separación de las cosas ayudará para ver si realmente estamos poniendo el acento en las que importan, de que otras cosas podemos pasar o cuales son irreemplazables. Un buen discernimiento para mejorar hará que estos días hayan sido de mucho provecho. Hombres y mujeres nuevos después de esta crisis.
10. Orar
Sólo la oración puede sustentar la vida en todas las situaciones, especialmente en las adversas. Orar es abrirse a ese otro que puede sostener cuando uno necesito ayuda, pero también cuando una persona está bien, orar es sostener a otros que lo necesitan. “Es la experiencia más universal del Amor. Ejercitar tu fe y confianza. Ahora es el momento para volver a intentarlo, ahora hay tiempo y serenidad para conversar con Él. Tal vez no crees porque no has probado ¿Y si lo intentas?”, cierran.
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FUENTE: INFOBAE